Se me subió el muerto

Era de madrugada y apenas había conciliado el sueño. El verano se había instalado y el calor empezaba a hacerse sentir, aunque sabía que en un par de días el clima cambiante de la ciudad haría que esta sensación se olvidara. No recuerdo qué sueño pasaba por mi mente en ese momento; tenía la almohada sobre mi cabeza y dormía boca arriba.

De repente, noté una leve presión en el lado derecho y tardé unos segundos en comprender lo que estaba sucediendo. Cuando sentí una presión más fuerte en el lado izquierdo, me di cuenta de que alguien estaba sobre mí, con una mano a cada lado de mi cabeza, ejerciendo presión sobre la almohada. Por un momento, una sensación de somnolencia me invadió y empecé a perder fuerzas, pero entonces llegó a mi mente la idea de que podría haber alguien en la casa y mi familia podría estar en peligro.

En ese instante, hice un esfuerzo por moverme y empujar a la entidad, y lo logré... Pero descubrí que no había nadie más, solo mi habitación, silenciosa y oscura.

Actualización: Este post lo reescribí un 7 de febrero del 2024.